Abismo
Autora: Inés Isabella Abad Pesántez
Estaba parado, erguido ante el abismo, sus manos cerradas intentando conservar un suspiro que flotaba en el aire ¿acaso de la sombra de una risa?, ¿acaso era el rastro de un grito? eso no le interesaba, lo único que le importaba era el espacio entre sus pies y el abismo, un solo paso y todo terminaría, un solo paso y la oscuridad lo cubriría con su inmensidad interminable haciéndolo hijo de sus tinieblas. Su solución estaba en el espacio vacío, donde podría saltar y volar por primera y última vez en su vida en su vida, volar y dejar el sufrimiento, volar y ser libre por una sola vez en su vida. Pero algo lo retenía, sus pies no se movían, miraba el fondo y se estremecía. De pronto una ráfaga de viento le revolvió los cabellos y tambaleó su cuerpo hacia la oscuridad, inmediatamente él se apartó, estaba lleno de miedo. Se alejó temblando con sus manos en la cabeza, con sus pasos lentos y pesados repitiéndose en voz baja que lo haría, claro que lo haría, pero no sería ese día, no, no era ese el día, tal vez mañana
Acorralado por mi linaje
Autora: Nathaly Toscano Onofa
En un pueblo pequeño las noticias corren más rápido que la luz. Tengo 15 años, mi mamá murió y la única persona que tengo es mi abuelita que está delicada de salud. Trabajé en un lugar llamado “Teen Club”, a donde van jóvenes para ser policías. Me asignaron una misión en la que una casa fue custodiada por un grupo de chicos; los adultos no pueden pasar; yo, al ser menor de edad, logré entrar. Esa casa era muerta en la mañana y vívida en la noche. Hacían fiestas ilegales y me ordenaron averiguar con Tyler, un compañero. Vimos el lugar inofensivo, por lo que nosotros también nos
dispusimos a disfrutar del ambiente. Tyler era un chico rico que robaba solo por diversión, era desagradable, pero yo quería darle una lección para que dejase de hurtar cosas. Una de esas noches le dije que una chica (Molly) traía un anillo superextraño; suficiente para que robase la joya. Molly se defendió y con mi ayuda lo raptamos para que recapacitara. Entonces, llamé a la policía para que iniciase la inminente investigación, pero… cometí un error…, solo me utilizaba y me estaba manipulando.
Molly lo mató… y la culpa me gana, no sé qué hacer… está loca, ella pertenece a una banda delictiva. Ahora me amenaza con que, si confieso algo a la policía, enviará un matón para que me torture, mientras observo cómo mi abuelita se queda sin un suspiro frente a mis ojos.
AMIGUITO
Había un hombre quien gustaba jugar y divertir a los niños, pero había un niño muy diferente a los demás, a él no le gustaba divertirse. El hombre se sorprendió que un niño no se divierta y no esté alegre.
El hombre se acercó al niño y le preguntó:
– ¿Por qué no juegas como los otros niños?
– No disfruto la alegría de los demás.
– Escúchame, tu eres un niño y no debe existir en tu alma dolor y en tu cara tristeza.
– No importa, tú no eres nadie para decirme que hacer.
– No te preocupes amigo mío, yo te enseñaré a ser feliz.
– Me da igual.
Al día siguiente, el hombre lo invitó a su casa a tomar chocolate caliente, sonriendo habló con él:
– Yo podría ser un amigo para ti.
– No necesito amigos.
– Nadie puede estar solo en la vida.
– ¡Tiene razón, si tengo un amigo!
El hombre se alegró al saber que sí tenía a alguien.
-¿ Como se llama tu amigo ?
– No le gusta que diga su nombre.
– No hay nada de malo en que digas su nombre.
El niño empezó a fastidiarse y gritó:
– ¡No eres nadie para decirme qué debo hacer!
– Tranquilo, solo era una sugerencia puedes decírmelo cuando quieras.
El hombre le preguntó al niño:
– ¿ Cómo te llamas amiguito?
El niño muy serio, contestó con voz grave:
AMOR GANADOR
Autor: Pablo Esteban Moran
Cuando una mujer te atrae y entra un tercero en el camino, en este trajinar fluye la amistad y la confianza, luego de superar los obstáculos que se presentan estoy preparado para ser un ganador.
He demostrado ser una persona sincera y congenio con mis amigos (as) y así espero que ella me vea.
Durante este tiempo el tercero demuestra varias características similares a las mías, pero lo que me diferencia, es la sinceridad, con el pasar del tiempo me gane su confianza y afecto, así es como me comenzó a ver de una manera distinta.
Con el pasar del tiempo se convertirá en un AMOR GANADOR.
Al verme con ojos diferentes sabía que cada vez más me acercaba a su corazón, pero el tercero no se quedaba atrás, debido a que yo me ganaba la confianza de la dama, mientras hablaba con ella me percaté que lo nuestro era más que amistad.
Luego de todo este tiempo me siento a pensar sobre qué pasa con ella, y es así que tomo valor, me levanto y voy con aquella chica.
Me detuve a pensar, tras darle muchas vueltas al asunto, llegué a la conclusión de que ya estoy más cerca de lo que yo quiero.
No me podré quejar todo salió como deseé, expresé lo que sentía, ella me miro y me supo decir que sentía lo mismo.
CINCO SEGUNDOS
Autor: Esteban Ochoa B.
11 h 59 min 55 s: Miedo le dijo a Abismo: “¡Qué boca tan grande tienes!”
“¡Es para comerte mejor!” respondió Abismo.
Miedo vio el final ante sus ojos, los cerró, mientras su cuerpo giraba en el aire y su pecho ardía.
Sonaron las campanas de las 12:00 y Miedo se convirtió en una hermosa y valiente princesa llamada FELICIDAD.
COVID-19
Autor: Gato Azul
El Covid-19 se originó de la nada, así como la fiebre española… Han cobrado miles de vidas y hasta la fecha no encuentran la cura
CUARENTENA
Autora: La Paloma
Tal vez mi historia no sea trágica, ni llame tanto la atención, pero muchos pasamos por esto y nadie lo esperó. Fue como una tormenta que arrasa con todo a su paso, y solo tuvimos la opción de ocultarnos. Los muros se volvieron refugios y también prisiones y algunos no conocieron más que muertes y lamentaciones; de que nunca terminaría circularon los rumores, y la esperanza de que todo pasará es la única de nuestras opciones.
Libertad oculta
Autora: Gabriela Jaramillo
Me despierto otro día más. Lo cotidiano se hizo costumbre.
Sentado en una banca dentro de mí, suelto un susurro como un alma perdida. El querido lamento me dijo: “la expresión está sellada, el silencio es una regla que se lleva hasta la tumba”.
Cada vez tengo una brecha… es como un grito desesperado, alma angustiada esperando la debilidad humana.
Lucha dentro de mí, hechos ocultos desgarrando mi alma sin censar, buscando lo necesario, pero no lo útil. Un vacío infinito que se llena de lamentos y torturas sellado por un error humano. Sentimientos secos y egoístas, felicidad propia y no compartida. Argumentos sin presidencia que comprados cuestan vidas. Un mundo dañado por los pensamientos infinitos del egoísmo.
Germina la fiereza y carece la cordura, humanidad bondadosa que jamás existió…
Y yo sin argumentos decidí marcharme de este mundo …
Desaparecido
Autora: Paula Izquierdo
-Max desapareció, aquí, en medio de la calle, y todos lo vieron, pero ¿por qué actúan como si nada hubiera pasado?, yo Joe Anderson lo vi – entonces corrí a toda velocidad a casa de Max y me encontré a su hermana – ¡Ayúdame!, Max desapareció – pero su única respuesta fue – ¿de qué estás hablando, Max? No hables de ti en tercera persona.
Efímera Libertad
Autor: Adrián Francisco Castro Jerves
Abandonó su casa en una ciudad en llamas, totalmente destrozada. Estaba alegre como nunca antes. En su camino recibió 1 disparo, 2 disparos, 3 disparos… eso no importaba ya, se sentó bajo del último árbol que quedaba, miró hacia el horizonte y esbozó una sonrisa de efímera libertad.
El Comienzo.
Autora: Katherine Auquilla
Aferrados al silencio abrieron las alas oscuras y se dirigieron hacia el sur, la tarde se apagaba. No deseo volver dijo ella, mientras ocultaba una manzana.
El Gran Fenrir
Autora: Rebeca Armas Estrella
En las estepas heladas del norte de Europa, vivía un lobo llamado Fenrir. Sí, como el viejo lobo recordado por los vikingos. Fenrir se sentía muy orgulloso de su nombre. Siempre escuchaba elogios de parte de los otros miembros de la manada y, las comparaciones que le hacían diciéndole lo mucho que se parecía al personaje mitológico, le hacían sentirse importante. Era el lobo más popular de la manada.
Llegó el día en el que los lobos salieron a cazar. Fenrir iba a la cabeza en la persecución de los caribúes. De pronto, se dio cuenta de que no veía al resto de la manada y había perdido el rastro de su presa. Una enorme tormenta lo envolvió por completo.
Fenrir vio una luz y se dirigió hacia ella. Mientras más se acercaba se daba cuenta de que esa luz irradiaba calor. Lentamente llegó hasta ella y se acostó junto a ese extraño pedazo de sol. Se quedó dormido confiando en que era “El Gran Fenrir” y nada podría hacerle daño.
Al día siguiente, en el escaparate más llamativo de la tienda central del mercado, se vendía una chaqueta de piel de lobo.
El joven que habló con el cielo
Sofía Rafaella Reyes Ochoa
Esta es la historia de un niño fracasado, huérfano que vivía en la pobreza. Un testigo de su miseria le dio una pistola, la que aprendió cómo usarla. Era muy pequeño; sin embargo, ya quitó varias vidas. Se había convertido en un criminal.
Pasó el tiempo, al parecer su vida aún era monótona; todo eso cambió al verla por primera vez. -Ante sus ojos parecía la flor más bella del jardín- El joven se armó de valor y se le acercó; sus miradas se encontraron, su corazón palpitaba y lo hacía estremecer ¡Se había enamorado! Pasaron varios encuentros y muchas conversaciones amenas; floreció un ambiente tan romántico, el cual acabó con uno tan cruel: la amó tanto, que olvidó amarse a sí mismo y dejó que le rompa el corazón. La melancolía hizo que el joven se destruya con el alcohol y las drogas, ambas insuficientes para sanar su dolor.
¡Vivía en un infierno! Entonces atentó contra su vida. Quiso gritar, pero le pareció en vano. No le quedó otra que llevarse el sufrimiento a la tumba; de repente, miró al cielo y sintió la necesidad de hablarle, entonces decidió no saltar. Tuvo una larga conversación en la que predominaban los porqués. Gritó, lloró y protestó; después de tanto drama, hubo unos segundos de silencio. El joven se tranquilizó y finalmente respondió: “Gracias por mantenerme vivo”. Se secó las lágrimas y le prometió al cielo ser un mejor hombre.
El Karma
Todos los días, el niño traía los tiernos cuerpos de los pajarillos y le mostraba a su madre. Ella nunca lo increpó. Un día, las aves trajeron el cuerpo del niño y le dejaron a su madre. Ella nunca reclamó.
EL SILENCIO DE LA TIERRA
Autora: Anabel Prieto
La historia comienza cuando…
Hace millones de años apareció un planeta llamado Tierra, este planeta era muy especial, debido que, era el único que tenía agua y vida. Primero aparecieron los animales, Tierra los amaba porque ellos cuidaban de él, hasta que un día hubo un ataque en contra de Tierra, causando la muerte de muchos de sus amigos, Tierra estaba muy triste y pensó que se había quedado solo, pero fue tanta su emoción, al ver que algunos de sus amigos habían sobrevivido; más se emocionó cuando vio que entre todos esos animales estábamos nosotros los humanos.
Tierra no lo podía creer, estaba tan alegre pensando que tendría muchos amigos que cuidarían de él y él de todos ellos, pero paso el tiempo y Tierra se entristecía cada vez más, al ver que los humanos hacían mucho daño a los animales que vivían en ella. Tierra empezó a observar como muchos de sus amigos animales morían por culpa de los humanos, pero fue más su decepción al ver como nosotros los humanos la íbamos destruyendo poco a poco. Tierra fue enfermando por tanta contaminación, hasta que uno de sus amigos lo vio y decidió hacer lo mismo con los humanos, lo que causo su encierro y la disminución de la contaminación. Después de notar tantos cambios, Tierra dio las gracias a su amigo Covid-19 y este le pregunto ¿me quedo? fue entonces cuando Tierra callo.
El sueño infinito
Autor: Ammiel Josué Proaño Saldaña
Era un día normal. Caminaba como siempre a mi casa por la orilla del río. De pronto oí un grito desgarrador. No sabía de dónde venía el sonido y me quedé atónito sin saber qué hacer. De nuevo el mismo grito. Venia de una casa que estaba cerca del río. Caminé lentamente hacia la misma con un miedo aterrador. Al llegar, escuché otro grito y por una fisura de la puerta vi que se trataba de una mujer. Saqué mi celular para llamar a la policía, ya que, no me atrevía a entrar y salvar a la mujer. Con nervios comencé a marcar el celular, pero al instante se me cayó porque temblaba peor que resfriado después de bajar de la montaña del Cajas. Inmediatamente escuché pisadas que se acercaban a la puerta. Desesperado quise correr, pero no podía moverme. Me quedé idiotizado, estático, paniqueado, esperando ver quien abría la puerta. De pronto alguien me habla y me dice:-¿se te ofrece algo? Era una hermosa mujer con un vestido amarillo de flores. Siempre la llevaré gravado en mi mente. Al momento respondí-escuché unos gritos, quería saber si todo marchaba bien. Ella respondió: ¡sí! Todo marcha bien, era mi tonta hermana que no dejaba de gritar mientras le estaba apuñalando. ¿Sabes por qué lo hice? Porque la odio con toda mi alma. Así como odio a los metiches y sentí el cuchillo traspasar mi pecho.
Y sácatelas que me levanto, ¡uuufff! era un sueño, solo un sueño.
ENTRE CRÍTICAS
Autor: Romero Santiago
Apenas llegamos a la nueva patria me di cuenta que las cosas no eran como creíamos, pues había gran variedad de personas que te reciben con mal gesto o una mirada de temor, aquel día pasamos la noche en la calle. Eran las diez cuando me desperté? de mi camarón y me di cuenta de que mi esposa me había abandonado, pero no importaba ya que tenía a mi pequeña hija, decidí ?partir de ahí,? cuando de repente nos topamos con un grupo de personas, eran de nuestra nacionalidad, asaltaban a un nativo de aquel país, yo me abalancé sobre uno de ellos, de repente oí ? un disparo, al revirarme mi niña había caído al piso, la deje un momento para pedir ayuda, pero nadie me ayudo, yo gritaba, todos pasaban criticándome creyendo que era falso oí ?a uno de ellos susurrar a su hijo “ debe estar mintiendo, así ? son todos ellos” regrese achantado por lo que aquel hombre había dicho de mí ,tome a mi niña y la acurruque en mi pecho, ambos estábamos varados en medio de la oscura calle, ella me dijo: “Papi, ¿ que les hicimos para que nos traten así?? ”, a lo que respondí:? “Nada mi pequeña, simplemente están confundidos, es todo”. Y en un abrir y cerrar de ojos aquella pequeña niña dejo de respirar en mis brazos.
Gajes del oficio
Autora: Analiz Vallejo Segarra
Aquella noche hubo un accidente de tránsito en una calle cerca de la morgue, yo sentí que vi el incidente con mis ojos pese a no estar ahí, casi siempre me pasa, al trabajar en la morgue con cada muerto que llega siento como si ya los conociera porque vi cómo y cuándo murieron, y cuando ocurre me siento culpable por su muerte, pero con esta persona tuve un efecto diferente, ya que cuando llegó sentí que trataba de decirme algo, pero nunca antes lo había sentido.
Después de un momento me quedé solo en una habitación con él, sentía culpabilidad por su muerte y todo el tiempo escuchaba voces en mi cabeza diciendo que hoy es mi último día, estaba asustado, así que decidí irme a casa, cuando llegué me acosté, pero no podía dormir porque escuchaba mucho ruido, di la vuelta y vi a todas las personas a las que había visto morir, en ese momento comprendí que la morgue necesitaba contratar a alguien más.
GEA
Autora: Sofía Herrera
Leía, veía películas… usaba muy bien su tiempo libre. Y, aunque nunca tuvo amigos ni alguien a quien decirle ‘’buenos días’’ o ‘’hasta luego’’, por primera vez se sentía sola… muy sola, especialmente desde que conoció al ser que le daba la razón todo el tiempo.
Hermano
Autora: Nadeline Kulqui Rodríguez
A mi hermano le gustaban los días de sol, la música fuerte y los zapatos delgados.
Y mientras te veo no puedo evitar tener un revoltijo de emociones en la boca de mi estómago.
A mi hermano pocas cosas le hacían enfadar y siempre estaba presto para ayudar a quien lo necesitara.
Tal y como quiso ayudarte a ti.
A veces lo recuerdo leyendo; otras, cocinando; ayudándome en los deberes o, simplemente, haciendo tonterías juntos.
De ti ni siquiera tengo el más mínimo recuerdo.
Él era muy atento con mamá y ella solía aguantar las rabietas diarias que acostumbraba tener por la adolescencia.
Cuando veo tus ojos, aún siento miedo e incomodidad.
A mi hermano le gustaba maquillarse y compartir su ropa conmigo.
Quién diría que esta es la primera vez que te observo detenidamente.
Él muchas veces regresaba golpeado o llorando, pero en las mañanas tenía la sonrisa más hermosa que haya visto.
Ahora que estoy frente a ti, siento que el tiempo se alarga cada segundo hasta rozar el infinito.
A mi hermano le gustaban los chicos como a ti, buenos para nada, que vivían de aprovecharse de los demás.
Entraste a mi cuarto aquel día, me tapaste la boca y comenzaste a tocarme.
Cuando pude gritar por ayuda, él entró y te forzó a que pararas. Pero ¿Por qué lo golpeaste? O más importante: ¿Por qué no paraste?
Y ahora qué te tengo aquí, inmóvil y pálido, no me arrepiento de haberte encajado ese cuchillo, Padre.
Incesante
Hace 5 años que los pasos incesables y acompasados de aquel hombre vestido exactamente igual que yo me acompañan. Sé que viene por mí, pero ya no me importa. Al fin y al cabo nunca me ha alcanzado por más lento que vaya.
INOCENCIA Y FATALIDAD
Autora: Belén Jarrín
Mi madre respiraba con pesadez y tristeza, yo solo rezaba para que no se vaya nunca de mi lado, le di un beso de miel en la frente y tomé mi cajita para ir a comprar el pan como cada día. Al caminar observaba como los padres sostenían las manos de sus hijos con una gran sonrisa. Entonces, entre agrietados recuerdos, observaba en mi mente como mi padre la maltrataba, y hasta parecía que sentía el olor de su embriaguez en el sofá barato de la sala. Al fin regresé a casa, solamente para llevarme la mala noticia, ¡sabía que pasaría, en verdad lo sabía!, pero no me lo esperaba, no lo creía… No quería. La abracé, aunque supe que ya no estaba; la rabia me inundaba mientras el cuchillo, teñido de rojo, me llamaba.
LA ESTRELLA ANHELADA
Andrea Giselle Loja Villa
Noche tras noche una pequeña niña buscaba la forma de observar la estrella más brillante. Esto no era posible, por lo que, cada vez había menos estrellas en el cielo. Todas las noches, con frio esperaba la oportunidad de ver tan anhelada estrella. Sentía que esto no iba ser posible, ya que, el humo y los gases que producían las industrias, aumentaban la contaminación. La niña no perdía la esperanza, sabía que una noche verá su anhelada y brillante estrella. Aquella niña ahora ya es una joven señorita. En su colegio les comentaba a sus amigas que, desde muy pequeña tenía la ilusión de ver una estrella. Sus amigas relataban que ellas si lo habían visto en innumerables ocasiones. Ella les explicaba que no se refiere a cualquier estrella, la que desea ver es la más brillante y grande. Un día inesperado el mundo se paralizó, toda industria dejó de contaminar. Con toda actividad humana paralizada, las noches no eran iguales para la joven. El cielo tenía un color más brillante. Se divisaban más estrellas de lo acostumbrado. Hasta que un 4 de mayo del 1669 llegó la noche anhelada. En el horizonte pudo ver la gran estrella que durante 14 años esperaba. Tan grande, brillante y majestuosa que deslumbró la mirada de la joven. De pronto su padre le dijo que no es una estrella, que era un cohete. Se puso muy triste, lloró. Ella, aún sigue esperando ver la estrella anhelada.
LOS ENCANTOS DE MI TIERRA
Autora: Brenda Logroño
En algún lugar de la Serranía Ecuatoriana, casi cerca del cielo donde volaban las Guacamayas, se levanta imponente una señora muy alta y esbelta, de caderas anchas, luce una falda de grandes campanas, la llaman, Abuga, su belleza es tan cautivadora que los animalitos se ven atraídos hacia ella.
Cierto día cuando el sol cubría con sus rayos, miró a su alrededor como la gente de su pueblo destruía todo lo que ella más amaba, la naturaleza, esto la entristeció mucho, desde entonces comenzó a derramar lágrimas que caían sobre sus habitantes; era tanto su sufrimiento que no tenía ganas de vivir, prefería sumergirse en el sueño profundo de su soledad para olvidar su dolor, sentía que ya no tenía un lugar en el corazón de los suyos, todo su encanto se desvanecía.
Ante esta situación una señora vestida de blanco que paseaba en una nube, observó lo que pasaba y decidió bajar para acompañarla en su dolor, ¡Oh sorpresa! era la Madre del Cielo que con su luz radiante le llenó de paz y desde aquel momento decidió quedarse para proteger con su santo manto a la Franciscana Ciudad de Azogues.
Esta situación llenó de alegría a Abuga, entonces ella le acogió en sus entrañas a la Virgencita de la Nube y juntas llenaron de fe y esperanza a todos sus hijos, entonces la vida cambió, todo se volvió más colorido y alegre, las flores se vistieron con hermosos colores, los pajarillos entonaban hermosas melodías y todos fueron felices.
Mala Noche
Autor: Gabriel Yarzábal
Es de noche, tarde. Desde hace rato que no puedo dormir. Durante horas doy vueltas en la cama para por fin llegar a un estado de somnolencia, sin embargo, un sonido proveniente del piso de abajo me vuelve a despertar.
Me levanto de la cama e intrigado bajo las escaleras. Busco en todos lados, pero no encuentro nada extraño, nada que llame mi atención. Aliviado, subo, pero al llegar al último escalón siento un roce frío, seguido por un dolor intenso en mi espalda, tan fuerte que caigo al suelo. Palpo la zona adolorida y me doy cuenta de que hay un enorme puñal clavado entre mis costillas. Me volteo y logro vislumbrar los ojos rabiosos de una cara conocida. Por lo general, no recuerdo a la mayoría de mis víctimas, pero aquellos ojos eran inconfundibles.
MILAGRO EN LA OSCURIDAD
Autor: Gilbert Machaalani V
Un día ocurrió el verdadero milagro: el hombre comenzó a ser feliz. Sí, aunque estaba en la oscuridad, aunque el miedo lo embargaba, su corazón se iluminó ante la verdadera realidad.
Olvido
Autor: Gabriel Ávila
Me estremezco al ver que escribo esto con una pistola en una mano y una pluma en la otra, mientras voy manchando mi despedida con sangre inocente. No tuve motivo para hacerlo, pero ellos colmaron mi ser. Llegue a casa, mientras cruzaba la sala, mi hija se encontraba en disputa con su hermano mayor, como siempre solían hacer, y mi mujer me esperaba en la cocina, llorando por nuestro matrimonio. Ellos quizás me hicieron detonar en cólera; llegaba a casa y me encontraba con una familia disfuncional, escenario de todos los días. Me aterro al contar este suceso, pero tengo miedo al olvido; me dirigí a mi cuarto, tomé una pistola y con lágrimas en mis ojos salí de mi habitación. Le disparé primero a mi mujer, no soportaba verla llorar; me dirigí a mi hijo mayor, quien trató de escapar, pero la bala ya había alcanzado su cráneo; luego le apunté a mi hija, criatura de ocho años que no comprendía que sucedía, y como si mi moral se escapase de mi alma, disparé directo a sus ojos, no quería que me mirara en el mas allá, me acerqué a ella y en mi último acto de bondad cerré los ojos de mi único orgullo. Me perturba todo lo que hice; apenas hube terminado mi masacre, subí al ático, donde empecé a redactar mis últimos pensamientos, donde voy alejando mi pluma y acerco la pistola, al fin y al cabo, no quiero morir en el olvido.
Paisaje de acuarela
Autor: Pablo Espinoza Sarango
Aquel día, salió más tarde de la fábrica, el sol lo había abandonado y las estrellas lo miraban desconfiadas. Caminó hasta la parada y tomó el bus sin fijarse si era la línea 3. Mientras las ruedas del bus giraban, se iban hilando pensamientos en el obrero. No quería llegar a su oscuro departamento para dormir y empezar otro día gris que olía a aceite y a sudor. No quería que el sol regresara. Prefería a aquellas estrellas honestas y desconfiadas. Prefería un sitio que oliera a lavanda y a comida caliente; un lugar cálido donde no había sol que quemaba ni un jefe que gritaba. Cerró los ojos dejando que la quietud del bus lo meciera. Cuando el chofer le indicó que había llegado a la última parada, apeó allí y al verse rodeado de un paisaje de acuarela, supo que había tomado la línea incorrecta. Un sitio tan hermoso, no podía ser su parada. Intentó decirle eso al chofer, pero, él, ajustando su sombrero, le dijo con una sonrisa, que no había ningún error. El obrero, desconcertado, entonces, se fijó en el nombre de la placa del chofer: Caronte.
PANDEMUS
Autora: Camila Micaela Puchi Tuba
Apareciste como un enemigo y te quedarás como un amigo.
Perdón
Aquella noche, la noche en que te perdí, un gran vacío inundó mi corazón, eras el amor de mi vida, pero te alejé de mi lado, te marchaste y todo por mí.
Evelyn era su nombre, el nombre más hermoso que ha existido, con solo oírlo, moría de amor. La conocí un día lluvioso, nublado, para nada especial. Estaba sentado en la parada del bus, ella se sentó a mi lado y preguntó por la hora, una chica hermosa de cabellos dorados, ojos claros como el agua, brillaba más que el sol, le dije la hora y me sonrió, se presentó y comenzó a reírse, había perdido su autobús. No quería irme, aunque mi autobús había llegado, así que le dije:
-Estuve esperando a alguien, pero no vino, por eso me senté aquí-
Me respondió con una pregunta:
-¿Deseas ir a una cafetería? Así nos conocemos mejor-
Desde ese momento nos volvimos inseparables, dos almas unidas por el destino, dos estrellas fugaces que se detuvieron y unieron su resplandor. El tiempo transcurrió y nuestra amistad pasó a otro nivel, nos amábamos y deseábamos pasar la vida entera, juntos.
Pero aquella noche, un 15 de marzo de 2022, discutíamos por una tonta razón, llovía y manejaba con una alta velocidad, no la escuchaba, no quería oír lo que me decía y ese fue mi error, lo último que oí fue:
-¡Dan, el camión, cuidado!-
Sus gritos me destrozaron y me desmallé, ahora lo único que puedo hacer es decir:
Perdón….
PIEL DE POCELANA
Emilia Rocha Llinás
Recuerdo ver gente detrás de un vidrio, gente que pasaba y se detenía a verme y a decirme que soy muy linda, un día un hombre me movió de mi sitio habitual, me enrolló con un montón de telas y plásticos y me guardo en una caja, pasé mucho tiempo ahí, creí que ya nadie me quería ver y que ya no le parecía hermosa a nadie, pero finalmente se abrió la caja, vi a alguien desenvolvernos a mis amigos y a mí , después nos dejaron a todos en un estante, creí que me amarían de nuevo, pero pasaban los días y nadie nos daba ni un cumplido, ni nos sacudían el polvo.
Un día llegó una persona más chiquita de lo normal, pidió que nos bajaran a todos, nos limpió y nos cuidó, ella jugaba todos los días con nosotros, y sobre todo con Emily mi amiga, con la cual hasta dormía. Un día la niña estaba corriendo con Emily en brazos, la niña cayó y Emily igual, vi la suave y delicada piel de mi amiga romperse al chocar contra el suelo y después se escucharon llantos y gritos, al siguiente día nos guardaron en una caja nuevamente y aquí seguimos solos acumulando polvo en un lugar oscuro al que nadie nunca viene.
PREGUNTAS
Autora: Victoria Carpio Iñiguez
Escuché desde pequeña que la verdad duele, parece que olvidaron que la mentira mata. ¿Qué haces cuando tu vida está llena de ficciones?
¿Te dejas aniquilar por la cultura de la imagen o emprendes la búsqueda de tu esencia?
Sonrisa en la Sangre
La lluvia caía en la noche, Ryan cenaba tranquilo, cuando de pronto, escuchó un fuerte golpe en la puerta, la cual se abrió al instante, al acercarse a ella vio una persona vestida completamente de negro, sosteniendo un cuchillo plateado en su mano derecha. Ryan se asustó y tropezó, pero enseguida se levantó y corrió hacia su habitación, cerró la puerta con llave, pero no sirvió, ya que el asesino, después de dar varios golpes la rompió abruptamente y entró, Ryan intentó escapar, le lanzó todo lo que se encontró a su paso: una almohada, una lámpara, un libro… pero todo fue en vano, ya que la hora de su muerte había llegado. El asesino no tuvo piedad, lo apuñaló 23 veces, mientras se escuchaban los gritos de horror y de dolor agónico de fondo. La lluvia se intensificó, la sangre se esparcía por todo el piso de la habitación, y allí en medio de aquel charco rojo se podía ver el cadáver de Ryan, y en la puerta de la habitación se podía ver al asesino, con todo su cuerpo ensangrentado, riendo y riendo y riendo, mientras que de su cara caían las gotas de sangre de Ryan.
Una acción vale más que mil palabras
Autora: Estefania Usiña
Querido diario:
Hoy siento que ya sabía esto, en algún momento debía pasar; pero después de todos los momentos que vivimos y las promesas dichas, era imposible fracasar y me negaba a pensar que esto pasaría.
Oficialmente no teníamos una relación, porque mis papás eran demasiado estrictos y no me dejaban tener novio; pero aun así nos amábamos… o eso pensaba. Él decía que me amaba tanto, como para esperarme hasta crecer y tener una relación, y yo como una niña ingenua creía en sus palabras.
Yo lo conocía, sabía de su fama de mujeriego; pero mi corazón decidió creer en el supuesto amor que decía tenerme, y pensaba que las cosas conmigo iban a ser diferentes… que ilusa que fui. Me contó que había vuelto a hablar con su ex hace unas semanas, pero dijo que por ella ya no sentía nada y yo otra vez le creí. Mientras el tiempo pasaba sentía que cada promesa y palabra de amor mencionada, empezaban a ser solo un eco en mi alma, pero de nuevo pensaba que yo era la equivocada y él si me amaba.
Hoy me enteré que ya no era mío y está con su ex. Estaba destrozada y enojada con él, pero más lo estaba conmigo misma, porque fue mi culpa haberle creído. Él con sus actos me demostró que su amor era falso, porque por más palabras bonitas que me dijera una acción siempre vale más que mil palabras.