Mi Pluma
Autor: David León
¡Cuidado que corta! Ahí va mi pluma, ¡cuidado te mata! que furiosa anda. A ella, todos la veneran, y a su vez nadie la observa; cuando narra del que toma de valija ajena, con recelo se avergüenza, y cuando lo hace de aquel que la inocencia arrebata, lo maldice con voz de juez. ¡Ay mi pluma! Tú y tu dualidad, a veces hieres, pero otras veces exaltas al ser, al indefenso niño y a la dama desconsolada ante su estigia y soledad. Eres una pantera en libertad, cuyo rugido estremece a la sociedad. Pluma benigna, pluma asesina, y despiadada. Como un frío metal has penetrado en mi delicada alma y cual Cristo flagelado es mi sentir y mi piel; pluma bañada en carmesí, nunca te soltaré.
GUAPONDÉLIG, CASTELLANA AUSTRAL.
Autor: Roger Mateo Asanza
I
Orlada entre las campiñas, en las infaunas noches,
con faroles joyéricos, rebosantes de sueños místicos,
homenajeada, de flores enternecidas, por trasnoches,
de adoquines helénicos, en viejos portones endémicos.
II
Cúpulas catedráticas, maravillas de historia ecuatoriana,
antorcha inmortal; que fulgura, luz perenne cultural;
Atenas de casonas marmoleadas; te han llamado la decana,
áurea gloria lustral que albura, magno escudo perlar.
III
Versificación meliflua, a Santa Ana de los cuatro ríos;
cuadro magistral, cuál, forraje perpetuo de colores andinos;
castellana antigua; saya señorial, bordando canos caseríos;
tradición ancestral, de inconmensurables cielos celestinos.
IV
Sinfonía inmarcesible; presea histórica, de noble vientre,
desde el valeroso vástago, inmolado en su airosa niñez,
hasta heraldos de estirpe noble, de sangre efervescente,
dejando un legado, como temido león, cuál, valiente alférez.
V
Valle florido, de estameñas pardas, y, de plomizos peñascales,
donde ornamentas de torres coronadas, se alzan al universo,
enardecido, lugar ideal de antigua arqueología, apetitos joviales
de cultura sin igual, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
VI
El Tomebamba, el Tarqui, el Yanuncay y el Machángara,
cuatro austeros, de cristalino corte e inmaculado sentir,
bañan en artilugios a la pampa, donde el dorado sol llegara,
a coquetear con la Reina Austral, y, opacar todo redimir.
VII
Congratulo a Santa Ana de Cuenca, Guapondélig del Ecuador;
templo fortificado que hila su futuro desde las remansas manos,
hasta la bandera de ensueño, de carmín y dorado de esplendor,
pues el canto de todos, somos cuencanos de apasionado corazón.
Cidium
Autor: David González
I
Miserable, ¿Quién te permitió irrumpir mi soledad?
¿quién fue el maldito que destruyó mi tranquilidad?
Vagando por el muelle me perdí en las tinieblas,
a diez centímetros de la serenidad, no hay manera que arrebates mi oscuridad.
Sed y gritos vista mi realidad, entre el dolor y mi tragedia encuentro mi felicidad.
II
Se corrompen las arterias, se derriban los sentidos,
mis tejidos están ávidos de encontrar tu olvido,
la presencia diáfana corroe mi extraño palpitar,
caminando en las nubes consuelo mi existencia banal.
III
¿por qué me escogiste a mí?
Divagando en el borde del abismo, que me retuerce otra vez.
Recluto nuevas esperanzas al amanecer.
Ya es la hora de comer y sé que no vas a volver.
IV
Mi alma árida, está enajenada,
Aborrezco tu superflua presencia,
El profuso cántico de las flores, me elevan al olimpo,
Mis pupilas gritan desmesuradamente en silencio.
V
Los días álgidos queman las noches heridas sin estrellas,
las noches se vuelven batallas en tinieblas,
mis sueños son feroces tormentos, que me queman,
me refugian y me regresan al salvaje huracán de mi realidad.
que me envuelven y me regresa a la realidad basta.
VI
Centímetro basta para rechazar esta tormentosa realidad.
Renuncio a mis tormentos, renuncio a esta angustia, renuncio para siempre.
Fui el último en llegar, pero el primero en marchar
Me iré en silencio, haciendo ruido en vuestros corazones.
VII
Encontré la paz en tu estrépito respirar,
Encontré la cordura
en lo profundo de tu cintura,
Encontré la serenidad
Donde nadie se atreve a mirar.
Dulce soledad
Autor: Brian Cajamarca.
La soledad ha sido mi mayor deseo, pero entonces te veo y siento que ya no quiero estar solo.
Sin mesura me dejo llevar como las olas del mar.
Tengo muchas cosas por decir, pero solo con verte se me seca la lengua y se me congela el cerebro.
Eres el sueño más indescriptible que quise lograr, ahora dormir se siente bien, tenía muchas dudas, pero contigo descubrí las respuestas.
Todo perdió sentido, cuando la vida te arrebata a alguien que no esperas perder.
Ni en el cielo ni el infierno tienen tal castigo como el que tuve que pagar ese día.
Es bueno enamorarse hasta que te das cuenta de que eres el único enamorado.
De esa manera, te convences de que no puedes esperar nada de alguien que no está dispuesto a entregarte, aunque sea una pequeña parte de lo que das.
El sentimiento de perder es indescriptible, pero si tuviera que explicarlo me atrevería a decir que es hasta cierto punto es tenue y a la vez adictivo que hasta pienso que podría tener algún pensamiento masoquista.
Guarde muchas palabras dentro de mí y mucha tinta se acumuló debajo de mis ojos, hasta ya no poder más y se desbordan, esa misma tinta está plasmada en cada verso.
El hombre como la mujer son quienes le dan sentido al dolor.
Si perdonas demasiado, más libertad le das de seguirte fallando.
Con el tiempo se olvida a la persona que sencillamente llego directo a tu corazón.
Desvarío
Autor: Eduardo Alvear
Llevo tiempo entrelazándome con tu centro de gravedad,
no sé si será la brisa de tu mirada
o el punzante efecto de las caricias bajo tu sabana,
quizá me lo había dicho el viento o quizá los bostezos de la altamar
para que fuera cuestión de tiempo el situarme en tu espalda
a fin de contar el algoritmo de tus lunares,
meditando así la semilla fugaz de nuestro amor en medio del ruido,
entre el constante ruedo mientras caminábamos felices con dirección al sol
a través del universo dibujado al poner mi cabeza bajo la luz de tu ventana
y ahora que lo comprendo tan solo es cuestión de tiempo estructurar
el hecho de que me quieras degustar en tu terraza tan solo por un momento más.
MI MARCHITO AMOR
Autora: Andrea Lojano
Recordando llegué a pensarte
¿Cómo alguien podía amarme?
Sus ojos de un café aislante
Sin pensar que serías mi detonante
Las palabras de tu amor me pone triste
He llegado a pensar si algún día me quisiste
Y sin piedad alguna, tú te fuiste
En mi corazón me diste y mi alma la partiste
Miro vacía desde lejos
Pensando en tu veneno de cortejos
En como viví a tu lado a punta de reflejos
Mi pañuelo secó mis lágrimas… debí escuchar los consejos
Te deseo suerte, para que tu camino puedas superar
Y encuentres a alguien que puedas llegar amar
Ya no quiero que vuelvas, ya no te quiero encontrar
Aunque te ame es momento de olvidar…
QUEBRANTO
Autora: Karen Minchala
Oh, pequeña y curiosa hada
De las más amadas eras
Y lo que en ti más desatacaba
Sin duda tus bellas alas eran
Curiosa siempre fuiste
Por esto en varios en líos te metiste
Y milagrosamente ilesa acababas
Aunque esta vez la misma suerte no tuviste
Oh, pequeña y curiosa hada
Con los humanos jamás debiste hablar
Seres despreciables siempre fueron y serán
Muy bien lo sabías, pero tu curiosidad pudo más
Y es que, ¿por qué cruzaste palabras con ellos?
¿Los rumores suficientes no fueron?
¿Ni un poco sospechaste?
¿De verdad en ellos confiaste?
Oh, pequeña y curiosa hada
Debiste dudar en cuanto sus ojos viste
Maldad y avaricia sobre todo mostraban
Pero gracias a tu inocencia terca fuiste
En un momento otras hadas te advirtieron
Ya que preocupadas por ti estaban
Mas tú las ignorabas y de ridículas las tachabas
Pues divertida te encontrabas
Oh, pequeña y curiosa hada
¿De los humanos ya comenzaste a sospechar?
¿Tus alas observando mucho están?
No, no lo estás imaginando
Ellos te están acechando
Tus instintos decidiste ignorar
Una gran oportunidad acabas de malograr
Oh, pequeña y curiosa hada
No debiste en ellos confiar Ahora las consecuencias has de pagar
Desprevenida te tomaron
Y tus alas cruelmente arrancaron
Oh, pequeña y curiosa hada
¿Satisfecha estás?
¿Ahora entiendes que con ellos jamás debiste hablar?
En una gran tristeza te sumiste
Al perder lo que más atesoraste
Con nadie volviste a hablar
De ti no se supo nada más
Viva o muerta, ¿dónde estás?
Pelo Castaño
Autor: Mathias Padilla
Bajo este gran cielo estrellado
Al escribir estos versos me siento obligado
A pensar en ti, un ente soñado
Algo que hace tiempo eh admirado
Mi dama hermosa de pelo castaño
Con una grata sonrisa desde antaño
El mundo entero es corto a tu lado
Cerca de ti yo me siento alado
¡Oh querida!
Como quisiese ser yo amado
Y aunque al final no pueda acompañarte
Y mi amor no pueda entregarte
Para mí que te quieran será importante
Amada mía, te amaría toda la vida
Y solamente a ti, te seria fiel cada día
¿Cómo podría yo dejarte?
Con tu carita linda
Cada vez que te veo mi dia llenas de alegría
Tu mirada me inspira
y tu sonrisa a cualquiera hipnotiza
No es de extrañar tu gran nobleza
Teniendo en cuenta tu increíble belleza
Por ti yo seguiré soñado
Mi bella doncella te seguiré amando
Poema
Autor: Viviana Piguave
Un papel en blanco sobre la mesa
Y en mano una pluma con tinta
Negra, contextura espesa
Y se sienta nuestro poeta.
Para dar vida a las palabras
Trata de escribir con la cabeza
Piensa, piensa el poeta una vez mas
Piensa hablar de la naturaleza.
No mejor piensa hablar
De las estrellas y constelaciones
No se decide de que tema tratar
Talvez hablar sobre los adolescentes.
O hablar de algunas canciones
Que existen en varias naciones
O porque no hablar de la sociedad
Que existe en esta ciudad.
Piensa, piensa el poeta una vez mas
Piensa hablar de las abejas
Y lo bien que endulzarían
Este poema, que duraría.
Su esencia por mucho tiempo
O porque no hablar del tiempo
De las horas, minutos que pasan
Mientas relato este momento.
Piensa, piensa el poeta una vez mas
Se le acaban todas las ideas
El poeta levanta su pensativa mirada
Y encuentra un espejo en su entrada.
Se acerca lentamente y ve su reflejo
En ese antiguo y empañado espejo
De repente el poeta empieza a llorar
El poeta se retiró y volvió al mismo lugar.
Con las lagrimas aun en los ojos
El poeta empezó a escribir
De lo que le hacía falta sus hijos
Porque estaban lejos.
Decidió ya no escribir con la cabeza
Sino escribir desde lo más profundo
Desde el corazón y con certeza
Consiguió sacarse el triste nudo.
Que llevaba atado en su corazón
Y entendió que de los sentimientos
Nacía la poesía y con justa razón
Dijo el poeta no hace los sentimientos,
Los sentimientos hacen al poeta.
Paradoja sin decencia
Autor: Elena Espinoza
Desde que la sombra habita detrás de la puerta rota, no hay brillo alguno que la opaque, ni luz que la apague ¡Es bella! Aunque reacia al cambio, mientras todos juran que no hay mancha de sangre en el cordero ni astilla en la villa que implora de puntillas. Huelo una aguda mentira porque donde todos ven vivos con ojos relucientes, y dentaduras prudentes, a mí se me distorsiona el paladar al encontrarme cenizas arrinconadas detrás de tu taburete.
Tal vez faltó lavarme las orejas con más cera, retumbó como tambor en mis entrañas el asma de aquellos fantasmas. Me pedían ser socorridos, pues los moldes salvadores estaban rotos. Me pedían ser socorridos.
Molesta, crucé los brazos ¡Estaban rotos! Indignada gritaba, las gotas de lluvia se habían secado en el sorbo copioso, no había retorno. Al sentirme justiciera del pueblo, muy a mi propia honra decidí preparar puños de acero y guantes con interrogantes para la vecina Carminda, para el carnicero Saulo, para el niño de la vereda, sí, para el niño de la vereda y para todo aquel que haya echado a perder las pobres gloriosas melcochas.
Las almas ahora sin asma me detuvieron el recorrido. Me confesaron entre risas y camaradería que no actuara contra la gente, que el problema en la colina del quebranto no era pues que sobrarán pecados, sino que mi persona acechaba morales de papel con cuchillo en mano. Acechaba, pero, perdónenme tales cosas… se deben a una escrupulosa siniestra conciencia.
¿Qué pasa cuando morimos?
Autor: Camila Delgado
Interrogantes… interrogantes que atentan nuestra cordura. Si aún la tenemos, porque se nos escapa, huye y se resbala de nuestras manos… mientras vemos cómo otros se la llevan. Esa es nuestra perspectiva, reloj que gira hacia la izquierda. Perspectiva… la más incomprendida, la menos expresada, la más criticada. Buscando salida, aborreciendo a la vida. Sí, a ti, Vida.
Te daré mérito, tú Vida, creas sueños porque los sueños nos dan vida. Pero, ¿qué pasa cuando la energía ni en joules basta? Y, al intentar estar de pie, nuestro equilibrio se desgasta. Resulta que la Vida no es más que una ilesa herida. Herida sanada con ácido limón, que nos mantiene alucinando saltando de mente en mente esperando ser amados por aquellos que ni siquiera apreciamos.
Cual intrépido humano buscamos siempre buscamos respuestas. ¿Si morimos nos quedamos sin fuerzas o qué sentimos? ¿Absoluto terror o aquello que siempre quisimos? Nos volvemos un resorte que vuelve siempre a sus dudas impuestas. Ni estudiando ontología sabremos a dónde vamos, ni lo que nuestro potencial alguna vez nos trajo. Probablemente ataraxia en el cielo y trabajo allá abajo.
Y volvemos a ahogarnos eternamente en un mar de dudas… ¿será escepticismo la razón por la que nos quedamos? ¿O antropocentrismo del que desea que nos vayamos?
Cinético y ecléctico pensar que no puedo soportar, y aquel memento mori que de la muerte me hace acordar. ¿Por qué tú, Vida mía, hiciste que a la muerte ahora recurramos?
A la poesía.
Autora: Débora Sinche.
Las manos se disuelven cruzando el lápiz y la piel se quiebra en el papel, arrugado, débil, con el agua necesaria para vivir, pero mortal para lo plasmado por el poeta, clamando tan alto, sin una voz, en labios muertos, agonía.
Sangra entre sus lágrimas, y llora entre lo que fluye en el corazón.
¿Por qué hay poetas?
Porque hay dolor, por qué hay Diosas y hay civiles, porque hay guerra, porque hay amor, porque se percibe la mejilla jamás tocada en las flores marchillas del olvido, negras de polvo, mientras florece el caos en el alma del amado.
¿Cómo le hacen las bestias para traer al poeta enamorado?
Sangrado en alegría, comiendo en sequía, y susurrando todas sus muertes. ¿Qué hace a un poeta diferente?
La capacidad de lo que no puede gritar la voz, la fuerza del fuego, que incendia los infiernos, pero mantiene cálido el paraíso, lo más bello y putrefacto del universo, lo que nos hace vivos y nos deja muertos, oh amada poesía, permíteme dejarte mi corazón y en cada letra, todo mi ladito amor, para terminar con esto, y llamarte mi inspiración, amada, mátame y déjame morir en tu pasión, odiada, se mi musa y déjame hacerte en mi resurrección, todo mi corazón.
Melancolía
Autora: Martina Jara
¿Cuánto tendrá que pasar?
¿De cuánto tiempo hablamos?
¿Cuánto para que me consideren humana?
¿Cuánto para ser parte de?
Si dios es real, le tengo unas preguntas,
si dios es real, le tengo unos reclamos
¿Qué hice yo?
Para merecer tanta incoherencia,
como odio la gente,
pero odio la soledad;
hizo que mis piernas tiemblen,
cuando se trata de manos estrechar,
pero que mis lágrimas se rieguen
si no tengo a quien abrazar.
Me pregunto yo
¿A quién se le ocurre hacer alguien emocional?
Si a la vez va a odiar sus sentimientos soltar.
Soy retazos de experiencias,
manchas de trauma,
costuras de caos,
soy todo el sufrimiento humano
en un cuerpo,
un cuerpo débil,
un cuerpo que habla,
un cuerpo,
solo un cuerpo.
Y si la incoherencia del mundo
tuviera un nombre,
comparte mis iniciales,
me comparte a mi
DESCONOCIDO
Autora: Mónica Juca
Me preguntaron que sabía de ti,
Quién eras en verdad.
Curiosamente los años juntos no son suficientes para darme una respuesta real,
Así que con sinceridad total
Les hablé del chico que yo conocía.
Les hablé de tu mirada que me ahoga y sonroja,
Esa que me roba el aliento y parece ver hasta mi alma.
Les hablé de esos ojos bermellón que contienen el universo infinito,
Pero que miran a cada doncella en su frente, menos a su amiga del lado.
Es tan injusto.
Les hablé de tu boca pecaminosa y carmín,
Esa que dice mentiras dulces y traicioneras.
Les hablé de esos suaves y tentadores labios de seda,
Que cualquiera puede probar excepto yo.
Les hablé de tu sonrisa melodiosa y colorida,
Esa que ilumina y conquista,
Esa que me quita el sueño por las noches,
Pero que nunca es provocada por mí y solo se lanza con picardía hacia otras.
Les hablé de tu voz miel que atrae y derrite,
Esa que con sus cantos acelera mi corazón a mil revoluciones,
Les hablé de sus suaves y perfectas melodías,
Que dedican poemas y canciones a cualquiera,
Pero que a su amiga le dan un abrumador silencio cada día.
Les hablé una poesía sobre ti,
Porque no mereces menos,
Tu belleza y virtud puedo plasmarla en un libro fácilmente,
Excepto tu corazón, alma y mente,
Eso es algo desconocido,
Algo extraño que no me permites averiguar.
Son hojas blancas que nunca podrán ser escritas por mí.
MEMORIAS DEL CIELO
Autor: Patricio Moreno
Vasta de mirarme…, ¡para por favor!
No me permitas que entre
De nuevo a tu corazón
Yo deseaba amarte por la eternidad
Y hoy eres como el paraíso que quiero pintar
Te encuentras tan distante
Tanto que me cuesta imaginar
Eres ese recuerdo eterno que me mata sin piedad
Sin importar cuanto tiempo pase
No te puedo olvidar
Siempre serás el hermoso sueño
Que en triste mi realidad
Vida asquerosa que amarga mi soledad
Pero yo te quiero y esa es mi verdad
Perdona si le pido a Dios contigo estar
No ves que me duele la pena
La pena del amar
No derrames más lagrimas te pido
Por qué el sol empezó a llorar
Me odio por extrañarte y por no saberte cuidar
Mírame de lejos
Y espera un poco más
Ya que el torpe destino no nos separara más
Y que Dios me acompañe a verte
Allá en la eternidad…,
Autora: Micaela Alba
Autora: Rosa Cabrera
PUNTOS DE VISTA
Autor: Carlos Jimbo
Al darme cuenta yo por fin era feliz
Sabía que eso tenía que parar
Ya me había dejado cicatriz
Alejarme de los demás
Mi vida debía cambiar
Y se que paso era el necesario
Esas personas me daban su espacio
Y para mi estaba mal, eso debía parar
La soledad y la tormenta eran mis compañeras
Pero nunca me gusto la gente que se preocupaba
Siempre les dejaba en espera
Pues su opinión siempre sin importarme pasaba
Mi desinterés vino de gente que me criticaba
Era sin darme cuenta mi mayor fortaleza
Mis padres me acogían incondicionalmente
Pero eso solo me frustraba en mi remeza
Casi sin notarlo yo desaparecía
Por eso solo me sentía
Hablar solo ya se volvió un habito
Igualmente, ya fue normal escuchar mis pálpitos
Se me hizo normal que pasara esto
Cada noche me planteaba que debía haber otro punto de vista
Me daba interés mirarlo con perspectiva
Quizá debía desde un inicio verlo del revés
AHORA PUES LA FELICIDAD ESTABA
CON LEER EL MISMO TEXTO, PERO HACIA ARRIBA
Leer desde aquí en reversa
Retorcido
Autor: José Gutama
Y empiezo a darme cuenta de la realidad
No deseo el toque más cálido de la dama más bella
Solo el frio hierro de quien espero de verdad
Solo el silencio que por sí solo deja ver las estrellas
Iluminaron al mundo esperando alejarse de las sombras
Matando al cielo nocturno colocando un velo de luto
Ahora solo deseo alejarme del autor de esas obras
No captan que hay paz en lo naturalmente absoluto
Pero solo me queda seguir dando mis pasos hacia atrás
Seguir siendo el monstruo que carcome al hombre
El mismo que le abruman las voces de su cabeza
Calmando con melodías al enfurecido enjambre
Cantando las tonterías del mundo con poca destreza
Pero siendo el mismo que sonríe ante lo imponente de la luna
Con esa loca risa con la que alejó al mundo
Escalando los falsos espejismos y disueltas dunas
Solo, entre las sombras de astros, en lo profundo
Disfrutando de la poca calma que entrega la soledad
Esperando que alguien recuerde lo mucho que olvido
Dejando que el tiempo pase y me dé más edad
Y de golpe despierto y veo a mi alrededor
Solo está el confortable cielo brillando
Además, los labios de hablantes con temor
Aumentando, rogando y con chantaje, murmurando
Pidiendo respuesta a un ermitaño
Al sombrío hombre de cabello en cascada
Que de a poco espera contacto con su deseo
Y de a poco muestra un negro sol en mirada
Hoy termina caminando a la luz del monstruo férreo.
Say something: una prosa poética
Autora: Anahí Quito
Decimos cosas, simplemente decimos cosas… ¿Necesito ayuda? O ¿tú necesitas de la mía? ¿Decimos la verdad o nos cargamos de mentiras? Creemos saber lo que queremos, cuando lo que queremos no es nada. ¿O acaso no todos hemos mentido? ¿Quieres una respuesta? ¿O solo quieres la mía? ¿Estamos corrompidos? Esa es una buena pregunta. Pero te cuestionas ¿hallarás alguna respuesta? ¿Podré decir algo…? ¿O solo es la parte de mi inconsciente que grita por decir la verdad? ¿Crees que las palabras de un loco te bastarían? ¿O acaso las palabras de un normie no te llenarían? Y si te digo que estoy loco… pero no de los que se ríen: hablo de los que han perdido la cabeza sin saber que la han perdido. Ya lo sé, ya lo sé… Tal vez te asustarías a menos que seas un loco como yo, amada mía. Te he dicho muchas preguntas, ¿verdad? No creo que tengas todas las respuestas. No las esperaba cuando inicié tal discurso. Esperaría una palabra tuya, con ello mi corazón sosegaría.
Soledad
Autora: Katherine Bonifaz
Afuera está lloviendo recio, pero no siento nada;
algo me pasa, no entiendo qué sucede.
Contemplo mis manos: ya no son las mismas;
tanteo mi cuerpo: un horror.
¿Qué es esto que siento?
Quiero llorar, alzar el vuelo.
*
Mi vida me espanta:
las personas huyen, mis amigos me esquivan.
La vida que digo que es mía se acaba.
*
En un momento de silencio recuerdo mi felicidad.
Una lágrima fuga hacia el exterior.
¿Hasta qué punto voy a llegar?
Solo la condena es el horizonte.
¿Cómo ver detrás de él?
*
Es hora de decir zanjarlo todo:
al fin y al cabo, es mi vida
soy quien la decide.
soy quien la sufre.
soy quien la llora.
Es hora de soltar cadenas.
PARA TI, VALE
Autora: Paola Vivanco
Yo no sabía cuán bonita era hasta que la vi , pálida y sombría era . Creo que me enamoré, no la podía dejar de ver su pelo se movía con el viento . Claro, era de noche pero a ella la luna la iluminaba, no había oscuridad en ella. Donde quiera que la veía la acompañabas tú, Luna, nunca la habéis dejado sola , cada vez que el viento silba me acuerdo de su sonrisa y cada vez que sale la luna me acuerdo de ella. Me ha tocado vivir sin ella, me ha salido agua de los ojos, pero te habéis acercado a mí y tu caluroso viento se ha llevado el agua , te he extrañado todos los días, mi pequeña. Veo la luna salir y te reflejas tú bailando en ella y me ha salido una gran sonrisa esta noche.
Nos veremos pronto, mi pequeña ………
Amor, siempre fui yo
Autora: Lisseth Peláez
Ayer desperté y todo había cambiado,
con tu adiós, mi vida había terminado.
Un silencio inundó mi alma, tú ya no estabas a mi lado,
mi mundo, mi vida, mi existir se habían paralizado.
Me acostumbré tanto a tu amor,
que mi vida giraba a tu alrededor,
me acostumbré tanto a tu desprecio,
que lo tomaba como muestra de cariño.
Me acostumbré tanto a ti, que no sabía más que amarte.
Hoy me doy cuenta, que valgo más de lo que un día me hiciste creer,
hoy me doy cuenta, que siempre fuiste el sapo que besé por primera vez,
hoy comprendo que amor, nunca fuiste tú,
hoy comprendo que amor, siempre fui yo.
RECORDAR
Autor: Cristian Valdéz
En mi mente conservo el recuerdo,
del día en el que el cielo lloró por mi orfandad,
el petricor de la lluvia al caer al suelo
me recordó la felicidad, al pasar mi soledad contigo
a mis sueños llegan los recuerdos,
de las noches llenas de melancolía.
Pero recordar es volver a vivir,
pero el olvido es dejar de recordarlo.
Hoy tu vida es alegre,
que al ver la noche estrellada,
recuerdo todo lo vivido contigo,
y entristecidos mis ojos
se refelejan la tristeza de mi alma.
La dama sonrojada
Autor: Carlos Alfredo Bustos
Y a mi lado se encuentra aquella hermosa dama
de careta sonrojada,
que con su mirar
fue capaz de enloquecerme y enamorarme.
Sus ojos color miel son como dos proyectiles
incrustados sempiternamente en mi corazón,
el cual, cada vez que siente su presencia,
palpita en lo inmensurable de su esencia.
La magnificencia de su cuerpo,
como cadenas me tiene aprisionado y perturbado,
junto a la finura de su voz, capaz de calmar
hasta al más tormentoso oleaje del mar.
Sus labios color magenta
a los míos lindamente atenta,
llevándome de aquella manera al paraíso
del mismo dios Dionisio.
Y cómo olvidar su corazón bondadoso y dulce,
que siempre me seduce.
Y, por supuesto, su sencillez,
que siempre imparte aquella esplendorosa calidez.
Aquellos días que la veo con su hermoso pelo
experimento la sensación de estar en un cielo,
un cielo rojizo,
rojizo cual su sonrojado cobertizo.
Ruego a mi Señor
que la mantenga a mi lado con inmenso furor,
para siempre sentir aquel fervor,
y, jamás, ese terrible sentimiento de dolor.
Ella es mi más profundo amor,
mi más grande pasión,
ella es mi preciada princesa,
mi increíble diosa Atenea.
Mi más anhelado deseo,
consiste en llegar a tener junto a ti, un amor eterno,
un amor sin límites ni condiciones,
un amor sin imperfecciones.
Un vals con luciérnagas
Autor: Karla Maldonado
No me había vuelto a pasar desde aquel día,
que la fragilidad de tu mirada
me destrozó lentamente,
dejándome débil ante tu encanto.
Recuerdo que tus ojos le hacían honor a la noche oscura
y tus labios a las delicadas nubes.
Tu risa desnuda me cegaba completamente,
eras tan veloz que la confusión y el miedo
me encontraban con facilidad.
Las revoluciones de mi corazón,
delataban el arte de los sentimientos originados
en medio de la pieza más hermosa.
Por más vueltas que daba era consciente
que el artífice de mi deseo me desafiaba
al deleite más profundo de su alma nocturna,
que embriagaba la mente y frenaba la razón.
No fui la que escogió este vals, pero
el que me hallara tampoco fue culpa tuya.
Ángel encendedor
Autora: Andrea Álvarez
Gira la rueda en donde queman caminos
y se libera la razón por la cual vivimos,
arden las llagas de un pasado furtivo,
alzóse la voz de los pequeños niños
hoy adultos, hoy perdidos.
Para ti Saturno donde atisbé refugio,
ahí tomé tu mano vestida de esperanza
controlaste mi lumbre prendiendo la tuya
pero con lenitivos te ocultaste, ahora quieres que huya.
Prometiste ese día no hacerme daño,
por mí, no viajes sola en tu habitación
ya que ahí se extingue el progreso
de nuestras almas buscando perdón.
En aquella lúgubre aurora de la noche
se encienden recuerdos, se activan memorias,
olvidamos máscaras, prendemos confianza,
y fulgiremos, te lo prometo, cada cual a su tiempo.
El monstruo más hermoso
Autor: Jorge Bautiña
El monstruo más hermoso.
El planeta más inmenso.
Su cazador sueña a través del espejo:
busca rocío en el desierto,
lágrimas junto al océano.
Cuarenta días agoniza entre cadenas,
cuarenta espectros lo tiñen magenta.
Hasta que encuentra su tormenta,
y clava la daga;
el arcoíris del tiempo despierta:
Siente seis pétalos
arrullando el rostro
del monstruo tenebroso.
Lo envuelve en espinas universales,
lo olvida en cuarenta días agonizantes.
Limpia las llagadas raíces, congeladas;
clava la flama entre seis semillas amparadas.
Sus espectros sueñan mariposas:
Posan en la rueda de colores y tinieblas.
Y en la ceniza… Alimentan al séptimo sello:
Tiñen rosas nacaradas, cosen la estirpe rosada.
Y en un suspiro… protegen al cielo:
Un áurico mural abraza la incandescencia
y el último lamento… le sonríe al infierno
Y al final, las orugas sueñan una palabra:
vocablos infinitos, luceros protegidos en un manto…
Y sus alas, posadas en hermosos monstruos,
imaginan tierras sin miedo, sin monstruos.
Memorias
Autora: Melanie Guambaña
¿Cómo puedo ser capaz de alcanzar tu amor?
Mi mayor anhelo se desvanece ante la incertidumbre
De no saber si siquiera si me recordaras con el tiempo
Ya que vivir en tu mente me bastaría para morir en seguida
Porque eso significaría que fui parte de la historia de tu vida
A pesar de que pertenezca a un capítulo inconcluso
Que espera ser retomado cuando no sepas a donde ir
Cuando todo lo que creas que te pertenecía se esfume
Es ahí cuando quiero estar para aliviar tus penas
Así que por favor no me trates con indiferencia
No me digas que soy solo alguien más en tu vida
Porque mi egoísmo batalla tenaz con mi sensatez
Y no sé qué pasaría si supieras que por ti yo tan débil
Que cada gesto tuyo me llena y condiciona cada uno de mis sentidos
Haciendo que amarte sea lo único que me importa
Pero al mismo tiempo me haga querer liberarme de este potestativo encierro
Tal vez tú eres esa alma gemela
Que no estaba destinada a quedarse conmigo
Sino a enseñarme lo que es vivir
Y marcharse a un lugar sin memorias
Mientras yo me quedo a recordarte
Dentro de todo lo que me dijiste que te gustaba
Aguardando por algún día
Encontrarte en unos ojos que me miren a mí.
Sabor a ti
Autor: Hugo Mora
Muchas veces en las noches te recuerdo
Siento que te despreció y que aún
Queda algo muy adentro de mi
me rompiste y varios cristales
Siguen encubiertos y los siento impregnados…
¡Cómo hieren!
Supe lo que es soledad cuando ella me acogió
Supe lo que es desolación al verla con un tercero
Supe lo que es desesperación cuando no te tuve
Y supe lo es que es amor cuando te extrañé
Aversión tengo a mi ser
Al no ser el ideal para la persona que exuberante lo fue para mí
Aversión tengo a mis sueños
Por hacer que te recuerde cada noche y por las que seguiré haciéndolo
Y espero alguna noche quedarme en el sueño
Busque a terceros después de ti
Busque una especie de felicidad, pero…
Que derrotado me sentí al darme cuenta
Que la sonrisa de aquella chica era mi dicha
La dopamina para mí tiene nombre y apellido
Y que amarga siento a la gente
Cuando me dicen que al final solo quedan los recuerdos…
Pero los recuerdos no se pueden abrazar ni besar.
MI PRÍNCIPE NO ES AZUL
Autora: Valeria Haro
Él no es el príncipe de los sueños,
él no es la trampa en la que quise caer.
Sus ojos no reflejan el verde del pasto,
ni su cabello el color del atardecer.
Él no es el chico del que mamá me habló,
él es el muchacho del que papá me advirtió.
Aquel que nunca trae cosas nuevas,
al que no le sobran sino los problemas.
No es el más intelectual,
ni mucho menos el más inteligente.
Es aquel que todo le da igual,
que no le importa la opinión de la gente.
Él es un farsante que engañó a mi corazón,
el intruso que invadió mi mente.
Él es el ladrón que robó mi razón,
el protagonista de mi pesadilla más frecuente.
Él es la espina en medio de las rosas
que causa dolor, pero las hace más hermosas.
Él es el fuego que arde hasta quemar,
pero a la vez su luz nunca deja de iluminar.
Ahora entiendo lo que dicen del amor,
que este llega sin ninguna explicación.
No tiene fecha ni hora establecida solamente
aparece cuando estás distraída.
Llegaste a mi vida como una estrella fugaz,
así de repente te empecé a amar.
Así como la luna ama al mar,
aun sabiendo que juntos no estarán jamás.
Es el tesoro más grande que me dio el destino,
es una piedra hermosa que encontré en mi camino.
Esta es la historia de una loca enamorada,
que el amor no entró por la puerta, sino por la ventana.
TAL VEZ SEA AMOR
Autora: Denisse Barragán
Cuando sentí el calor de tu mirada,
Solo recuerdo como mi corazón saltaba,
A pesar de eso, mis manos seguían heladas,
Fue ahí cuando supe que estaba enamorada,
Sé que dije que conmigo esas cosas no van,
pero tus acciones me vuelven loca y me ilusionan,
Con esos ojitos tan bonitos,
que en mariposas me hacen pensar,
Todo el día como una tonta imaginando volverte a besar,
Es muy probable que esté exagerando,
Pero no puedes culparme por amarte tanto,
Puede ser que amor suene bastante fuerte,
Aunque eso sea lo que siento, cuando te tengo enfrente,
A veces me da miedo quererte tanto,
Porque a pesar de todo la vida me sigue lastimando,
Y aunque tenga miedo ya es demasiado tarde,
Porque veo posible la idea de ser cobarde.
Últimamente pones todo mi mundo al revés,
No puedo pensar, no puedo comer,
Al intentar concentrarme fallo otra vez,
Es como querer algo que no puedo tener,
Esta sensación que siento es difícil encontrarle un por qué,
Porque, aunque te quiera tanto esto no me hace bien, ?
Siento que te fallo, y que no soy suficiente,
No importa lo que haga, tú igual solo me mientes.
Me haces sentir algo que no puedo explicar,
Siento que ninguna palabra es digna para usar,
para expresar todo lo que me haces dudar
y hacerte sentir todo el amor que te puedo dar
En estos momentos no sé qué irá a pasar,
pero sé que, si me faltas mi alma puede sollozar.
Canción
Autora: Angélica Coronel
Aquella fue la noche,
Mientras todos la miraban,
Mientras todos la envidiaban,
Y ella solo te miraba a ti.
Canción que sonaba con tal desgarrades,
Pero al mismo tiempo clamaba por ella.
Esa voz ya no está más,
Tu alma la pide a gritos.
Alma la cual no es nada sin ella,
Ya no cantes más.
La canción te consume poco a poco,
La canción espera por ti,
La canción te está llevando con ella.
Ser insignificante, espera un poco,
Ella te ve a ti y tú a ella,
Dos almas con un deseo desesperante,
Con el deseo de tocarse.
Al final la canción fue tu salvación,
Al final la canción te unió con ella.
Y al final los dos están juntos y
La canción se repetirá una y mil veces más.
Devaneo
Autor: Christopher Coronel
Cómo esperar que Cronos detenga el tiempo y te espere si vives sofocándolo,
si vives apremiándolo,
si haces ayer el horario de mañana,
y lo estrechas.
Cómo esperar que Kairós tenga compasión de ti
si solo vives el día a día,
no hay instantes únicos que permanezcan en tu memoria
deberías tener presente,
el reto está en el momento el
tiempo es siempre ahora.
Te veo
Autora: Esther Auquilla
Te veo en todos lados,
En la roca fría en que nos besamos,
En las canciones que nunca escuchamos
Y en las que llegaré a odiar.
Tu voz cae sobre mí como lluvia,
Como si llevara impregnada tu nombre.
Te veo en las calles que cruzamos,
Te veo en la iglesia y en esa foto que nos tomamos,
En el diablo, el ángel,
En el pecado y la fruta,
En las nubes grises que tanto te gustan.
Me persigues en sueños y en recuerdos.
Pero el abandono me llena de dudas
Y no sé distinguir entre destellos o raíces
Y no quiero decirlo en voz alta
Porque entonces tus labios serán mi única salvación
Y todas las canciones de amor tendrían sentido.