Microcuento – Básica Superior

Por un vaso con agua

Autor: Fernanda Barba Ortiz

Era más de media noche, la sed no me dejaba dormir, al levantarme de prisa por un vaso con agua, en el silencio de la noche me asomé a la ventana, cuando de pronto escuché el ruido de unos cascos fuertes cabalgando en la carretera muy deprisa, unas sombras de unos caballos negros, grandes y robustos opacaron mis ojos, arrastraban una carreta llena de gente vestida de negro, mientras avanzaban su camino, gritos desgarradores traspasaban las paredes de mi cuarto, más nunca supe si fue un sueño del que nunca podré despertar.

Lejanía

Autor: Maria José Astudillo

Tu ausencia golpea mis días, tu fragancia abandonó mi ambiente, más tu sombra quedó grabada en estos muros. Cada día, al caer la noche te busco en ese estrecho y obscuro lugar, y al amanecer parto con ese frío que casi congela mi cuerpo. Me he sentido angustiado, desde que supe que estabas en la morgue. Soñé que despertaba. Estoy seguro que es una broma de mal gusto.

 Atraco en buen puerto 

Autor: Sebastián Saavedra

El agotamiento invadía a los hombres, el mar consumía la esperanza de aquel sueño, y las provisiones escasas. No había vuelta atrás, la memoria de los marineros se veía afectada, ni con las oraciones el ambiente mejoraba… Finalmente divisaron una tierra sin castillos. 

Aún siento la culpa

Autora: Paz Amoroso

Cállate, obedece, arréglate un poco, ¿es que no te importa el qué dirán? Ese tipo de frases le decía a su esposa mientras ella se limpiaba el rostro, acomodaba su cabello y se maquillaba con lo poco que tenía. Le suplicó que parara de maltratarla, sin descuéntalo hacía todo el tiempo. Escuchar aquellas palabras increpantes en su mente ahora le provocan nausea. Hubiera querido no haberlas pronunciado jamás. Es el karma de un hombre sin Dios ni ley. Entonces se sentaba cada noche en la barra de la esquina y contenía el vómito con un trago de whisky mientras miraba su reflejo distorsionado en un pequeño vaso de cristal.

Calibre nueve

Autora: Samantha Solano

¡Dispara, yo ya estoy muerta!
¡Pum! ¿Quién disparo?, ¿él o ella?
El arma cae, los cuerpos en el piso.
La sombra se agacha y la recoge en sus manos con cuidado, la coloca en su cintura y le da una palmadita.
Suspira y vuelve a descansar.

La libertad de Carlos

Autor: Derek Muzha

Con la firme esperanza de que cambiando de ciudad muchas cosas cambiarían también, Carlos inició una nueva vida en la ciudad, anhelaba ser libre y tomar sus propias decisiones, pero algo o mejor dicho alguien se lo impedía: sus padres. Era solo un chico que iniciaba el colegio, un muchacho que tomaría el mal camino, un ser que no sabía nada de la vida, a criterio de sus papás. Lo que no sabían es que había un plan, una fuga era su oportunidad, no volvería a su casa jamás y así sería dueño de él y de su manera de actuar.

Deseos

Autora: María Isabel Reinoso Hermida

Parecía un sueño, pero no lo era, ya que cuando trataba de dirigir mis ojos hacia el cielo su resplandor quemaba mi mirada, fue el instante en el que los vi los únicos ángeles en los que alguna vez pude creer, corrí hacia ellos tratando de tomar sus manos, pero el vacío que separaba nuestras dimensiones me consumió, y entonces los vi saltar para alcanzarme, abrazando mi espíritu.

Despedida

Autora: Orozco Karol

¡¡Así se siente tener el corazón roto!! Arreglé el tuyo cientos de veces, reemplacé sus piezas faltantes con trozos de mi corazón. ¿Para qué? Te fuiste y me dejaste aquí.
No te importaron las cosas que hice por ti, no te importó el amor que te tenía,
¡¡Te fuiste en ese accidente, sin decir adiós!!!!

Doble cara

Autora: Erika Quinatoa

Todos los días entrar a Zoom, prender la cámara y poner una falsa sonrisa. Hacerte la fuerte, pero, ¿Qué pasa cuando ya te acuestas a descansar?, sale el verdadero yo, la niña triste y con miedo de cometer un error. Todos tenemos una doble cara, la original, la que nadie quiere que vean; y la segunda, la de sonrisa falsa. Así soy yo, falsa, y hoy en día nadie conoce mi verdadero yo. Siempre uso mi doble cara.

Dos mundos diferentes

Autora: Melanie Illares

Mis muñecas y yo vivíamos en un mundo de perfección, lleno de alegría y diversión. De repente algo sucedió, una lluvia rojiza invadió mi cuerpo, haciéndome sentir totalmente diferente, a la mañana siguiente muñecas y juguetes ya no me llamaron la atención, en mi mano ahora tenía maquillajes y peinillas para dar una mejor impresión. En este nuevo mundo tengo más alborotada mis emociones, una mezcla de tristezas y alegrías forman parte ya de mi vida, el corazón y la barriga sienten cosquillas, circulando como mariposas por todas mis pupilas. Bienvenido mundo diferente aquí estoy para conocerte.

El agujero

Autor: Joaquín Berrezuela

Él debía esconder el cuerpo, pronto los azules estarían ahí. El corazón se sentía como una olla de presión. Encontró un agujero oscuro y decidió dejar el cuerpo entre los arbustos muy bien escondido para que no lo encuentren, y el entró. Confiando en su tacto, empezó a caminar por ese oscuro agujero, sus botas se llenaban de lodo. Se detuvo, cuando vio una lámpara y también vio su abrigo, entonces notó que había llegado a donde todo empezó, y solo sintió un frío cañón en su nuca y escuchó el chillido del gatillo, luego todo es historia.

El antojo del ladrón

Autor: Benjamín Segura

¿Cómo me encontraron? Dijo el ladrón.
El policía le respondió con una voz de superioridad:

¡Fácil! En la escena del crimen dejaste muchas pistas, por ejemplo: justo debajo del estandarte de la famosísima gema había una mancha roja. Primero pensamos que era un rastro de sangre, por eso lo pusimos a analizar, pero nos dimos cuenta que era una famosa mermelada que vende en la esquina.

Nunca tuve que pagar mi antojo.

Él estaba a su lado

Autor: René Izurieta

Una amiga triste, miraba como a su perro se le acababa el tiempo. Su padre se acercó mencionando ¡ya es hora! Ella se levantó, se acercó hacia él con lágrimas en sus ojos, lo miro y dijo te voy a extrañar mi buen amigo, descansa. Acaricio su cabeza y finalmente él se fue. Mientras iba a casa recordaba todo lo vivido juntos, al llegar fue hacia su habitación y entre todo ese llanto, ella sonrió, sabía que, aunque no lo vería él siempre estaría con ella. Se acostó a dormir sabiendo que él estaba ahí.

El extraviado

Autora: Ignacia Riofrío

Tal era el dilema del extraviado, que ni el mismo se encontraba.
Decía que vivía en una nube y que las paredes que lo rodeaban, blancas como la nieve, bloqueaban sus recuerdos.
Solía gritar y en ocasiones reír a carcajadas cuando iba al baño y miraba su reflejo.
Una vez a la semana se calmaba, y sin saber por qué, un sentimiento de nostalgia lo invadía cuando entraban dos damas que al verlo rompían en lágrimas.
Al salir de la habitación, siempre comentaban lo extraño y perdido que su padre estaba desde que la demencia lo había alcanzado.

EL LIBRO MÁGICO

Autora: Salomé Paredes


Al sostener aquel libro, se sentía una vibra pesada, como si el libro tuviese en su interior algo fuera de este mundo, pero no solo era ese ejemplar, sino también el resto de libros del anaquel del Pasillo 22 de la Biblioteca Central. En sí, todo ese lugar parecía encantado, aunque el Pasillo 22 estremecía a cualquiera que pasaba por allí…
Luna mágica

El otro dios

Autor: Francesca Larrea

Llevo meses aquí, sobreviviendo. Odio la soledad, por eso le pedí a mi creador una hembra y no me la dio. Fui sensible, adoraba la naturaleza, pero todos me repudiaban, por miedo y asco. Veo una silueta lejana, mide casi ocho pies. Se acerca. Es horrible, asquerosa, repugnante, como yo. La amé inmediatamente y ella a mí. Sí, soy un monstruo; un monstruo que encontró la felicidad. En otro lugar, algún soberbio, vanidoso, egoísta como Víctor Frankenstein, ríe a carcajadas.

Google maps en rojo

Autora: Katherine Auquilla

-Espera, dijo, no sigamos por ese camino. ¡Mira este otro sendero!
-No te preocupes, respondió, por este llegaremos a tiempo a nuestro destino.
-Lo sé, solo que por esa vía camina por las mañanas el leñador y sabrá hacia donde vamos.

Estrellas

Autora: Helen Quito

Seth era una persona a la cuál le encantaba admirar esos lindos luceros en la noche. Le gustaba la sensación de la grandeza del mucho. Miró las constelaciones como si fueran lo más lindo del mundo, y lo eran.
¿Dónde estará?—se preguntó a sí mismo, volviendo a leer la frase en su antebrazo que lo ayudaría a encontrarla.
Unos sollozos lo interrumpieron, con cautela y preocupación se dirigió a la chica que lloraba, logró calmarla.
Mi nombre es Leah. Buscaba un lugar para ver las estrellas.—habló con vergüenza.
Seth sonrió feliz.
Hola Leah. Soy Seth, tu alma gemela.

HUMANIDAD

Autora: María Saquicela

Tú que esperas afuera de la iglesia, no finjas sonrisas que con los ojos desmientes. Te negaron la limosna, llora pero no de pena, porque las manos que en abundancia niegan, están lejos del cielo, y las tuyas que piden con esperanza, le dan a los fieles una lección: no maquillar las realidades y aceptarnos ante Dios.

Incondicional

Autora: Emilia Romero

Una pareja se encontraba muy emocionada por el nacimiento de su primogénita, por desgracia esta sufría una condición de insuficiencia renal. La pareja desconsolada intentó todo, pero no había esperanza alguna. La madre días después desapareció, tomó sus cosas y nunca regresó, pero dejó una carta para su hija. Pasaron los años y la niña se sentía decepcionada porque su madre los abandonó inexplicablemente, para sorpresa al crecer su padre le entregó una carta en la que su madre le explicaba que su amor incondicional era tan fuerte que no dudaría en volver a dar la vida por ella.

IMSOMNIO

Autora: Jamileth Bravo

Intento, intento y no lo consigo. Cada noche tratando de consolidar el sueño, cada noche intentándolo, pero no puedo esto me está consumiendo. La historia de varios en esta realidad y los demás pensando que es solo una embustería.

KARMA

Autor: Sofía Alcocer

Marco se dirigía a su trabajo, pero esa mañana estaba de mal humor, el exceso de velocidad serían la causa para arrollar aquel perro, de inmediato se bajó vio herido al pequeño animal, y sin pensarlo dos veces siguió su camino. Ese día fue lo peor, recordaba la mirada perdida del pequeño animal, que se debatía entre la vida y la muerte, de regreso a casa se detuvo a pensar en Zeus, imaginaba en las caricias que este siempre le propiciaba y quería aliviar su dolor de alguna forma, sin darse cuenta que Zeus había partido…

La esperanza

Autor: Arriaga Daniela

Nancy había despertado con una quemadura muy grave en su brazo derecho, por lo cual debía ser sometida a una operación, fue difícil este momento ya que el hospital no contaba con herramientas necesarias para este tipo de operaciones.
Al pasar las horas concluyo la operación, para Nancy fue muy duro tener que adaptarse a su nuevo estilo de vida, al cabo de tres meses Nancy presento síntomas de embarazo, por lo que acudió a un ginecólogo y este le revelo que tenía a una preciosa bebe de 7 meses, y en ese instante Nancy recuperó toda esperanza de vida.

LA MIGRANTE

Autor: Isaac Aguilar

Había una vez una elfa que soñaba con un futuro mejor, por lo cual dejó a su familia para emprender su viaje. En el camino tuvo muchos problemas, uno de ellos fue superar que no vería a su familia durante mucho tiempo. El siguiente y último problema ocurrió después de que la serpiente informara al ogro que una elfa se ve muy deliciosa para su cena, después de eso le tendieron una trampa para devorarla, pero logró escapar y regresó a su hogar donde sus papás la recibieron con mucha alegría de volverla a ver sana y salva.

La Promesa

Autor: Valeria Ocampo

En Cuenca existió una pareja recordada; su nombre Carmen, una joven de familia adinerada, a sus padres les gustaba que este dedicada a los estudios, la dejaban salir solamente para escuchar misa. Carmen, conoció a Víctor, un joven de familia pobre, se habían enamorado, pero su amor era imposible se veían a escondidas en la calle Santa Ana y se prometían “Amor eterno”. Su padre ya se había enterado y no lo aceptó; decidió encerrar a su hija… ella falleció con el corazón roto y Víctor se lanzó del puente roto, así se cumplió su promesa “Amarse eternamente”

La búsqueda

Autora: Bernarda Carpio

Ella es la melodía de una canción en producción, pero le falta un complemento, un sonido. Con ciertas notas estaba en sinfonía, transformando su ya dulce composición a una más única y compleja.
Sin embargo, ella no se dio cuenta de la hermosa conexión.
Siguió en su búsqueda y se encontró con otros tonos, unos diferentes a los anteriores. Se ha distorsionado, convirtiéndose en una melodía sin sentido, sin pasión, sin alma…
Ahora, ya no tiene ritmo.

La cocina de papá

Autor: Leslie Yunga


¿Una simple receta parece fácil? ¿Cierto?
o si no pregunten a estas tres críticas que, aunque siempre digan que le falta esto o aquello al final sus platos siempre vacíos están y mamá no se queda atrás viendo y degustando cada plato que hay, cada una de ellas aman degustar esos magníficos platos del chef, pero especialmente estas tres críticas que, aunque digan mil palabras siempre queriendo más están, por eso bien dicen que:
Ese amor que tiene el chef es más grande que hay o si no pregunten a PAPÁ.

La fortaleza de Ana

Autora: Viviana León


Ana era una joven que vivía en una cabaña. Su padre Oscar era leñador, su madre Aurora era ama de casa, tenía una hermana llamada Daniela.
Ana al ser la hermana mayor ayudaba a sus padres y a la vez estudiaba, pero tenía ciertas inseguridades ya que sus compañeros le juzgaban y la hacían sentir mal.
Sin embargo, ella sabía que algún día todo eso iba a cambiar y que no estaba sola, pasaron los años y se graduó con excelentes notas, demostrando que pese a las adversidades podía cumplir sus metas y sueños.

La Frase

Autora: Melanie Mejía

Estaba sentada afuera de una cafetería, estaba destruida porque me acababan de despedir de mi trabajo estaba triste porque yo era la única que trabajaba en mi casa ya que mis padres estaban muy enfermos y yo estaba pagando sus medicinas, de pronto llega un niño muy lindo que estaba vendiendo unos dulces me pregunta que me pasaba y yo le conté mi historia, cuando el niño me dijo que el ¨ÉXITO NO ES PERMANENTE Y LA DERROTA NO ES FATAL LO QUE CUENTA ES CONTINUAR¨ esa frase me motivo a seguir adelante, al día siguiente fui en busca de él y me dijeron que aquel niño nunca existió.

La leyenda de Mirabilia

Autora: Doménica Anahí Yanza Arichavala

En la Isla Mirabilia vivían cuatro criaturas que protegían la isla de Tenebris, la diosa de la oscuridad.
Aquae cuidaba la pureza del agua, Caeli evitaba los desastres naturales, Ingis brindaba el calor del hogar y Fructus hacia que las tierras sean fértiles para las cosechas.
Todos vivían felices en Mirabilia, con el tiempo Tenebris empezó a controlar aldeanos y ellos empezaron a tener maldad en su corazón.
Fructus y las otras criaturas ocultaron Mirabilia, de Tenebris y del resto del mundo, esperando que cuando regresen ya no haya maldad en el mundo ni en el corazón de la gente.

La Verdad

Autor: Machaalani Gilbert

Ser humano: ese ser humano desolado, ese ser humano adiestrado… no se daba cuenta que en este viaje sin retorno, por el simple hecho de estar triste, por la sencilla razón de llorar, por el efímero hecho de reír, ya debería estar feliz.

Libertad

Autora: Karla Sanchima

Había un tigre sin color sus tonos eran blancos y negros, parecía salido de una película antigua, los mejores pintores del mundo habían tratado de colorearlo, pero ninguno consiguió nada.
Apareció, el pintor chiflado, todos le decían loco por que él simulaba pintar en el aire, al entrar a la jaula, él comenzó a susurrarle al tigre, al tiempo que movía su seco pincel sobre el animal, la piel del tigre tomó los colores más hermosos, quisieron saber que le susurró al tigre y él contestó lo siguiente: «En sólo unos días volverás a ser libre, ya lo verás».

Los gemelos

Autora: Anahí Crespo

Un hermano celoso, con un corazón ínfimo, movido por un hálito vengativo, saca un filoso cuchillo y, sin pensarlo dos veces, ejecuta el plan.
Aquella noche, la madre solo puede pensar en cómo ocultar el cadáver y ayudar a su hijo vivo a huir de la justicia.
Así, con un dolor innombrable en el alma, toma el cadáver, lo coloca en la cajuela del auto, mientras el asesino vigila. Al llegar al bosque, la madre cava un hueco, arroja el cadáver y para darle su último adiós se entierra con él.

Lo siento

Autora: Itzel Quito

Pude escuchar el llanto de los bebés, me levanté para ir con ellos a tranquilizarlos. Regresé nuevamente a dormir y en la mañana, me dirigí para alimentarlos. Entonces los vi a los ojos, una gran culpa me invadió, como cada día que pasaba la culpa de mirarlos a los ojos, era más inmensa, un día él me dijo: ¿Por qué no estar orgullosa de los niños? Interrumpí…
Pero igual ellos…
Todo se apagó de repente, a ellos los vi abrir sus ojos y ellos me vieron cerrándolos, mi último suspiro entre lágrimas fue un triste.
-Lo siento mucho-

Ocio

Autor: Matías Pauta

A simple vista nada le importaba, su padre solía decirle que cuide el ganado, ayude a sembrar, a cosechar pero él nunca le hacía caso. Un buen día el hombre se cansó de decirle lo mismo, al cabo el hijo ni lo volteaba a mirar cuando le hablaba, poco tiempo después sin que se diera cuenta su hijo, el hombre desapareció.

Con que hubiera comida en la reserva y agua en el arroyo le fue suficiente, días después pasó hambre y necesidad, pero ni eso lo movió a trabajar, nunca aprendió nada, ni sintió nada, su incapacidad no era física, era mental.

Me falta el aire

Autora: Jhoselyn  Guamán 

Caminó sin rumbo entre los pasillos que parecían infinitos, abrió todas las ventanas que pudo, sus manos temblaban y sus ojos se cerraban, un horrible temor llenó su mente y lentamente invadió su cuerpo, desesperadamente buscaba una salida, las palabras no llegaban y su corazón parecía dejar de palpitar, su cabeza retumbaba y sentía sus piernas ya no funcionar, fue rodeado por unos cálidos brazos y una suave melodía intentó calmarlo, el aire llegó a sus pulmones y abrió los ojos, había tenido un ataque de ansiedad.

La canción de mi infancia

Autora: Camila Lliguisupa

Zoe era una adulta muy risueña, siempre hacia chistes, se reía de las bromas que hacían sus amigos, constantemente estaba de buen humor, todos se preguntaban ¿Cuál es el secreto de Zoe para estar siempre de buen humor?

Un día uno de sus amigos, le preguntó: ¡Zoe! ¿Cómo haces para estar siempre de buen humor? ella contesto: “Escucho mi música favorita de infancia”, sus amigos al escuchar eso, se quedaron sorprendidos, ella les miro diciéndoles: “Deberían probar escuchar su música favorita de la infancia, les traerá buenos recuerdos” sonrió.

Masbej

Autor: Mateo Beltrán

Un duendecillo pequeño y mágico, que durante muchos años vivió esclavizado por una familia de hechiceros, quienes lo maltrataron y explotaron. Un día fue liberado por Mato, un niño fauno amigo suyo. Apenas obtuvo su libertad, Masbej viajó a su pueblo natal, al ver que muchos duendecillos mágicos habían sido esclavizados, decidió entrenar con los que aún quedaban para mantenerse protegidos y luchar por la liberación de los que faltaban.

Masbej logró liberar muchos duendecillos y devolvió la alegría a su pueblo, todos lo nombraron como el “duendecillo Liberador” y su lucha por liberar duendecillos mágicos, no ha parado.

 El miedo de todas las mujeres 

Autora: Fernanda Peralta 

Me llamo Isabella, tengo 23 años y fui víctima de feminicidio. 

Salí tarde y estoy con miedo, un señor me está siguiendo, temía no llegar a casa, no volver a ver a mi familia, que me pase lo que a miles de mujeres. Lo que temía me pasó, el señor aceleró el paso, empecé a correr, pero nada sirvió, el me alcanzó, me subió a una camioneta, habían dos hombres más, me violaron, me resistí, me agredieron físicamente, me quemaron con cigarrillos, me ahorcaron con los cordones de mis zapatos, dejé de respirar. 

La hoja del árbol

Autor: Mateo Ledesma  

Una hoja peculiar de color verde cayó en un árbol gigante. 

En el árbol la hoja tuvo que soportar muchas lluvias y vientos con sus demás amigas las ramas.  Llegaba el verano y la hoja se secaba, pero con agua volvía a la normalidad, en primavera nacían más hojas pequeñas que le hacían compañía y por último en otoño ella cayó para que se renovarán las hojas del árbol.  la hoja no cayó al suelo sino que se sostuvo en una rama, se levantó, tomó vuelo y se fue. Ahora está buscando otro árbol gigante en donde volver a caer. 

LA REINA

Autora: Andrea Elizabeth Peña Robles

En el reino de Arcadia había una joven muy humilde que trabajaba en el palacio tras, entrar en presencia del rey él quedó completamente enamorado y la volvió reina de todo ese gran Imperio.

Otro día de trabajo

Autor: Andi Guamán

Hoy me esperaban cinco personas de una misma familia que se habían contagiado en un bautizo. Me puse manos a la obra, atendí a cada uno, me tomó varias horas terminar mi tarea. Luego visité a una abuelita era dulce y solitaria, caminaba a paso lento, los años le iban quitado toda su fuerza, estaba tan cansado que me senté a observarla, alrededor de la media noche la abuelita tuvo un ataque de asma. Mi trabajo había finalizado. En fin, desde que empezó esta pandemia no he tenido un solo día libre. 

PANDEMIA 

Autora: Andrea Barbecho 

Así como el sol sube y baja, en el ánimo de una niña es igual, encerrada por una pandemia que no acaba: angustiada, amargada, esa era su triste realidad. Ella era muy decidida y hubiera dado todo para que algún día su angustia y amargura finalizara.

Sharko, el tiburón detective

Autora: Anahí Castillo

Sharko era un detective tiburón blanco de mirada hostil y aguda perspicacia en resolver los crímenes más raros del lecho marino. Ese día, junto al capitán Denis, el viejo pulpo, se hallaba investigando el asesinato de una mantarraya a la cual le faltaba un ojo ¡Santo Poseidón!

Es una mordida humana- dijo el capitán. Sharko agudizó sus sentidos y empezó a inspeccionar la zona y, efectivamente, ahí decía prohibido nadar -como le dije capitán, un mal día para un humano que se encontró con una malhumorada raya he intentó salvar su vida-. Los humanos… ¡cuándo aprenderán! Siempre me lo preguntaré.

Simplemente amigos

Autora:  Angélica Anahí León 

Al contemplarte en clase, te veo como mi príncipe azul; pienso, en una historia diferente, pero no hubiera sido capaz de decepcionar a mi mejor amiga de esa manera. Al ver cómo te mira, te piensa y me cuenta de ti; mis ilusiones se fueron al piso. Un amor puede llegar lejos, pero siendo tan jóvenes se trataría de un simple sueño, con planes a futuro que no se cumplirían por nuestra “inmadurez”. Creo que la mejor decisión fue alejarme de ti, tal vez es preferible ser “amigos” a vivir infelices con la culpa de la traición. 

So-no-ridades

Autor: Francesca Larrea

Autos, ríos, lluvia, viento. Incluso, sin proponérmelo, oía todos los sonidos a mi alrededor, hasta los más lejanos e inaudibles para los demás. Ladridos, gritos, sollozos. Todos creían que estaba loco. Aprendí a guardar cada uno en mi memoria. Pasos, charlas, risas. Lo disfrutaba mucho. Confieso que es muy divertido ir tras ellos. Es un juego que solo yo conozco. Respiraciones, chirridos, discusiones. A escondidas, escuchaba los problemas de los demás. Lástima que nadie quiera escuchar los míos. 

Supervivencia

Autora: Sofía Patiño

Eric encontró una cueva, no muy grande, pero lo suficiente como para guarecerse y encender una fogata.  Mientras juntaba las ramas, se apareció un ruiseñor. Eric notó que el pájaro estaba agotado, pues podía escuchar las palpitaciones de su diminuto corazón.  Una vez la lumbre brotó, Eric se acostó en el suelo de piedra y pensó en los animales que tienen que luchar día a día para sobrevivir: ahí, Eric lo entendió todo.  Entonces miró al ruiseñor y se dio cuenta que en la cueva había dos almas que un día más habían sobrevivido. 

 ¿Un cuento?

Autor: Daniel  Guzmán

La profesora pidió escribir un cuento, que nosotros inventemos, yo la verdad no tenía ni idea de qué escribir; le pedí ayuda a mi buen amigo internet, pero ni él podía hacerlo. Pasaba horas sentado, sin poder armar el cuento. De pronto empezó a darme escalofrío y cuando me giré, me vi en el espejo… solo recuerdo que el reflejo dijo: »descansa e imagina» con una voz muy cálida. 

Desperté en mi cama, junto a mí hallé una hoja, en la que estaba escrito: “Hazlo tú mismo” 

Una Carta 

Autor: Pablo Esteban Calle 

Esa misma noche partió y me dejó una carta que decía: Es mi hora, la muerte toca la puerta en el momento preciso, tu escóndete… mientras yo la recibo. 

 UN CRUEL ENGAÑO 

Autora: Jara Sinchi Carmen 

Sus padres confiaban en ella, pero siempre faltaba a la escuela, sin embargo estaba presente en cada fiesta. Pasó los años y no tenía profesión, pero aseguró una vida de autodestrucción y desconfianza, rompiendo el sacrificio de sus padres, aquellos que murieron a causa de un accidente mientras iban a su trabajo. Se despidieron felices de este mundo, pensando y creyendo en el gran futuro que le habían heredado a su hija. Pero nunca imaginaron que el esfuerzo y la confianza no fueron valorados, y mucho menos que vivían dentro de un cruel engaño. 

UN SUPUESTO AMOR

Autora:  Dayanna Atiencia 

Me llamo Alyson y tengo un amigo llamado Jake. Él era muy raro y tenía peculiares cicatrices en sus manos, que supuestamente se las había hecho en un accidente, pero estaba enamorada de él. Un día me invitó a su casa y al entrar al sótano quedé petrificada de lo que vi, pues en el suelo yacían cadáveres de animales que él mismo había matado y pensé…, así que de ahí vienen las cicatrices. En ese momento me susurró al oído: “ahora quiero saber qué se siente matar a una persona y… ¡tú eres perfecta!” 

Y la muerte sonrió

Autora: Elizabeth Fernanda Rivera 

Entonces Dios miró a los padres sonreír con sus hijos y pensó en ponerlos a prueba…Después fue la muerte la que sonrió. 

El camino de la escapatoria

Autora: Zúñiga Diana Valentina

El silencio abunda, mientras él camina por el bosque, el miedo es demasiado intenso; como para poder controlarlo, sonó la campana, él miró hacia atrás y vio que su alma se encontraba pidiendo ayuda.